Estamos rodeados de mentiras.

Es triste ver como cometer un error después de otro y no saber como borrarlo o simplemente rectificarlo. Realmente, ¿ la vida consiste en eso ? ¿ en equivocarse ? ¿ en cometer millones y millones de errores ? Yo lo pienso y no hay ni un día de mi vida en el que no haya cometido ninguno, en todos los días que tacho de mi calendario hay mínimo una mentira, una mentira que dices pensando que es lo mejor y que con el paso del tiempo te das cuenta de que no, de que de una mentira de nada se puede crear un error enorme, pero hasta ahora he sabido rectificarlos, y pensar dos veces las cosas antes de decirlas.
La mayoría de nosotros mentimos pensando que es lo que quieren oírnos decir, aunque la única cosa que quieran oír sea la verdad, en la poca vida que llevo porque no es nada comparado con lo que me queda, he aprendido que diciendo la verdad puedes perder muchas cosas pero luego vuelven, pero con una mentira es más difícil que eso suceda.
A lo mejor ni si quiera mentimos, a lo mejor es algo que nosotros queremos creer, algo que intentamos creernos nosotros y que crean los demás, porque la verdad en cierto modo es sinónimo de realidad y la realidad a veces es dura y cruel al igual que la verdad.
Dicen que un amigo es aquel que te dice la verdad aunque duela, y yo me he dado cuenta, de que un amigo te dice la verdad, si, pero también te dice mentiras porque sabe que la verdad te va a doler y no quiere verte mal, prefiere decirte una pequeña mentira y verte bien.
Pero claro como todo cada uno tiene un punto de vista y cada uno hace las cosas a su manera, y por eso yo soy una de las primeras que miente, miento por ver bien a los que quiero y también soy de esas a las que le gustan que de vez en cuando le mientan para estar bien aunque sepa la verdad.

La cuestión es: ¿ Mentir o no mentir ? 
Mi respuesta: Siempre que sea necesario.